domingo, 30 de diciembre de 2012

Un soneto de Año Nuevo de Salvador Novo



1956
Detrás del muro blanco de los días
calla el Misterio. Pródigas, las horas
nos llevan de la mano a las auroras
de sus sorpresas y sus alegrías.
Días, horas, auroras y alegrías
llenen de dicha, pródigas, las horas
de un Año Nuevo tal, que sus auroras
renueven la ventura de sus días.
Cuente el reloj la dicha de las horas
que palpitan al ritmo de los días
luminoso de espléndidas auroras.
Y pruebe con los suyos alegrías
que hagan volar los años como horas
y transcurrir las horas como días.
Salvador Novo