viernes, 11 de julio de 2014

A un insomne


Duerme, que pronto trinarán las aves
Y a tu descanso habrás de renunciar;
Se pintará de añil y malvas suaves
El límpido celaje matinal.

Pronto la luz le robará el sosiego
A tus luceros, de vigilia exhaustos,
Cuando de Apolo el ambarino fuego
Tu rostro alumbre con sus rayos faustos.

Duerme, que al tiempo que el trajín ascienda
Asfixiará el onírico murmullo
Y entre tanto la luz sus redes tienda
Molestará el vehicular barullo.

Duerme, que a la caterva citadina
A poco saltarás apresurado;
A la vida de siempre, la anodina
Del hombre anónimo y multiplicado.


Miau

domingo, 22 de junio de 2014

Las brujas



Las Brujas

-Todas las noches me convierto en cabra
para servir a mi señor el chivo,
pues, vieja ya, del hombre no recibo
ni una muestra de amor, ni una palabra.

-Mientras mi esposo está labra que labra
el terrón, otras artes yo cultivo.
¿Ves? Traigo un niño ensangrentado y vivo
para la cena trágica y macabra.

-Sin ojos, pues así se ve en lo obscuro,
como ven los murciélagos, yo vuelo
hasta escalar del camposanto el muro.

-Trae un cadáver frío como el hielo.
Yo a los hombres daré el vino impuro
que arranca la esperanza y el consuelo. 


Manuel José Othón, Número XIII de Noche rústica de Walpurgis.
Francisco de Goya y Lucientes, El aquelarre

miércoles, 10 de abril de 2013

Podría quedarme viendo el oleaje del mar por tiempo indefinido... Pero el oleaje no conoce el tiempo, y mi tiempo tiene un fin. 

domingo, 30 de diciembre de 2012

Un soneto de Año Nuevo de Salvador Novo



1956
Detrás del muro blanco de los días
calla el Misterio. Pródigas, las horas
nos llevan de la mano a las auroras
de sus sorpresas y sus alegrías.
Días, horas, auroras y alegrías
llenen de dicha, pródigas, las horas
de un Año Nuevo tal, que sus auroras
renueven la ventura de sus días.
Cuente el reloj la dicha de las horas
que palpitan al ritmo de los días
luminoso de espléndidas auroras.
Y pruebe con los suyos alegrías
que hagan volar los años como horas
y transcurrir las horas como días.
Salvador Novo

jueves, 15 de noviembre de 2012

Un soneto de Carlos Pellicer

 
Esta barca sin remos es la mía.
Al viento, al viento, al viento solamente
le ha entregado su rumbo, su indolente
desolación de estéril lejanía.
 
Todo ha perdido ya su jerarquía.
Estoy lleno de nada y bajo el puente
tan sólo el lodazal, la malviviente
ruina del agua y de su platería.
 
Todos se van o vienen. Yo me quedo
a lo que dé el perder valor y miedo.
¡Al viento, al viento, a lo que el viento quiera!
 
Un mar sin honra y sin piratería,
excelsitudes de un azul cualquiera
y esta barca sin remos que es la mía.
 
 
 

Villahermosa, mayo de 1952.
 
 
 
Carlos Pellicer, de Sonetos Postreros

viernes, 9 de noviembre de 2012

Soneto de la granada

Uno de los mejores poemas de Xavier Villaurrutia, con estructura de soneto, pero con versos octosílabos.


A Alfonso Reyes
 
 
Es mi amor como el oscuro
panal de sombra encarnada,
que la hermética granada
labra en su cóncavo muro.
 
Silenciosamente apuro
mi sed, mi sed no saciada,
y la guardo congelada
para un alivio futuro.
 
Acaso una boca ajena
a mi secreto dolor
encuentre mi sangre, plena,
 
y mi carne, dura y fría,
y en mi acre y dulce sabor
sacie su sed con la mía.
 
 
Xavier Villaurrutia

viernes, 12 de octubre de 2012

Una rima de Bécquer

 
Al brillar un relámpago nacemos,
y aun dura su fulgor cuando morimos.
¡Tan corto es el vivir!
 
La gloria y el amor tras que corremos,
sombras de un sueño son que perseguimos.
¡Despertar es morir!
 
 
Rima LXIX del Libro de los Gorriones