A Alfonso Reyes
Es mi amor como el oscuro
panal de sombra encarnada,
que la hermética granada
labra en su cóncavo muro.
Silenciosamente apuro
mi sed, mi sed no saciada,
y la guardo congelada
para un alivio futuro.
Acaso una boca ajena
a mi secreto dolor
encuentre mi sangre, plena,
y mi carne, dura y fría,
y en mi acre y dulce sabor
sacie su sed con la mía.
Xavier Villaurrutia
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